La Orinoquia colombiana consta de cinco
paisajes geomorfológicos que cubren
26 millones de hectáreas, lo que significa
una cuarta parte de la superficie
nacional: Piedemonte 2.5 %; Aluviones
recientes 5.0 % Orinoquia mal drenada
20.1 %; Orinoquia bien drenada 53.2
%; Andén orinoquense 19.2 %. (Mejía,
Mario 1986). El piedemonte y las planicies
aluviales son lugares donde actualmente
se desarrollan las actividades agropecuarias
de ganadería de ceba y de agricultura
tecnificada (palma africana, algodón,
arroz, sorgo) debido al mayor nivel
de fertilidad.
Los
indígenas de la región de la Orinoquia
Colombiana han basado su modo de subsistencia
en el uso alternativo de los medios
de sabana, selva y río, dependiendo
de las estaciones lluviosas - invierno
de abril a noviembre - y secas - verano
de diciembre a marzo- . Los grupos
indígenas de la Orinoquia han utilizado
tradicionalmente los nichos ecológicos
o biomas de manera alternativa. Estos
grupos ligados estrechamente al medio
natural mantienen una relación directa
con los elementos que le proporcionan
al hombre los medios de subsistencia,
elementos que deben ser aprovechados
en forma racional manteniendo el equilibrio
que permita la supervivencia. El río,
el monte, los animales, todo es una
integridad que está interrelacionada.
"Estudiar la vida diaria de aquellas gentes
que conservan técnicas, formas de
explotación y de consumo casi perdidas
y en donde se siguen extinguiendo
comportamientos y relaciones de parentesco
que añora la gran ciudad. Allí pueden
observarse las ventajas de ciertas
formas de trabajo, los efectos de
la incorporación de modernas técnicas
con sus herramientas, máquinas y maquinarias
que todo lo van disolviendo entre
la esperanza y la nostalgia de, como
diría Antonio Machado, "Un algo que
pasa y que nunca llega."
(Hermes Tovar, 1992 Pg. 22 - 23)
La cultura material del Llano, esto
es, de la sociedad llanera está intimamente
asociada a las formas productivas
que dependen del hato tradicional
y de la ganadería. La región Orinoquense
ha sido por tradición una fuente de
exportación de materias primas durante
las distintas etapas de su historia:
desde el Siglo XVI hasta nuestros
días la región ha producido, entre
muchos otros elementos, huevos y aceite
de tortuga, animales vivos, pieles
y plumas de animales, cueros, cebo
(corambre), sal, fibras, curare, añil,
cumare, caucho, pendare, balata, café,
tabaco, ganado vacuno, caballar, bueyes,
burros, cerdos, maíz, aguardiente,
melaza, velas etc.
Más recientemente estupefacientes
como la marihuana y la coca han ocupado
los renglones de la actividad económica
regional. La producción de oro en
el Guainía, ha vinculado en los últimos
años población migrante del interior
del país, atraída por El Dorado del
Siglo XXI, con toda seguridad que
continuará atrayendo población.
La pregunta es, está preparada la región
para continuar siendo receptora de
población? Posee no solamente la infraestructura
física y económica sino el sentido
de región y de autoconciencia que
les permita aceptar a los recien llegados
y construír con ellos una nueva sociedad?
Cuál es el papel de las instituciones
de docencia de todo nivel y de investigación
en esa construcción y reproducción
social?.
El oro negro - el petróleo - es el
recurso natural no renovable que más
atrae recientemente al capital extranjero
y que le permite al Llano actual -
esto es a los Departamentos de Casanare,
Arauca y Meta - recibir inmensas sumas
por concepto de regalías petroleras. La producción de los elementos primeramente
mencionados, - objetos e comercio
internacional, regional y nacional
- han dependido en gran parte de una
economía y una tecnología indígenas:
por medio del endeude y el trueque
han sido las sociedades indígenas
las principales productoras de éstos
elementos. Si bien es cierto que los
hatos y haciendas organizados a partir
del Siglo XVI fueron los principales
productores de ganado, de sus derivados
y de productos comestibles, la mano
de obra de éstas haciendas fué en
los comienzos - y en su mayor parte
- indígena. Grupos aborígenes como
los Taparita, Otomaco, Sálibas y Achagua,
relativamente "más dóciles" al proceso
de dominación español, fueron los
primeros vaqueros indios o llaneros
que trabajaron como peones en los
hatos, haciendas y misiones.
Antes de proceder a presentar una descripción
de lo que hemos denominado "la cultura
material en el Llano, los usos cotidianos,
los hábitos y prácticas de alimentación"
consideramos importante esbozar a
continuación algunas reflexiones acerca
de la historia regional - la "nueva
historia social y económica del Llano"
(según H. Tovar, 1992) - y acerca
del estudio de las tradiciones y manifestaciones
culturales de ésta región. La razón
por la cual deseamos enfocar éstas
manifestaciones desde una perspectiva
histórica se debe a que toda cultura
y toda sociedad posee" una historia"
que es necesario estudiar y dilucidar.
Aunque existen diversos problemas
metodológicos al abordar el estudio
de la cultura popular, creemos importante
insistir, en palabras del Profesor
Jaime Jaramillo, en la necesidad de
la investigación de la cultura básica
nacional:
"Hoy podemos decir que hay una cultura
popular tanto en el campo como en
la ciudad...El país está en mora de
emprender una investigación seria
sobre su folklore y su cultura popular
o su cultura básica, sea a escala
regional o a escala nacional." (Jaramillo,
J. 1989 Pg. 240 ss).
Si
bien es cierto que la región Orinoquense
u Orinoquia colombiana ha sido definida
por algunos especialistas (i.e. E.
Guhl, M.E. Romero y Claudia, 1989
Pg 39 - 47, entre otros) como aquella
región comprendida por los ríos pertenecientes
a la cuenca orinoquense, cuando tratamos
de elaborar una historia regional
las fronteras de las regiones no son
suficientemente científicas. "La regionalización
constituye una excesiva simplificación
de la complejidad de nuestros espacios
internos." (Tovar, H. 1992, Pg. 19).
Es en los espacios internos de la
región orinoquense donde existen y
coexisten distintas formaciones económicas
y sociales a las cuales no se les
ha dado la suficiente importancia
sociológica, histórica y antropológica.
La historia "global o general" de
una región tiene tantas especificidades
provenientes - entre otros factores
- de las subregiones, de las historia
de frontera -en el caso de los Llanos
, de la caracterización de procesos
económicos y sociales de cada una
de ellas, que creemos que en este
esfuerzo sólamente hemos llegado a
dibujar un panorama general, insuficiente
por supuesto desde la óptica de otras
"historias regionales".
La definición de "región" proviene
principalmente de una metodología
para la planificación; por supuesto
que éste ha sido un esfuerzo encomiable
de geógrafos y planificadores. De ésta manera, el profesor H. Tovar
explica cómo la definición de la historia
regional tiene "implicaciones bastante
serias y o complejas como para reducirla
a un problema de ciencia política
o a un mero capricho de las ciencias
sociales." (Tovar, H. 1992 Pg. 16).
"La historia regional apunta al estudio
de las especificidades de nuestra
sociedad y de hecho conlleva problemas
de método que nos acercan forzosamente
a otras discplinas, de modo particular
a la geografía." (H. Tovar, loc. cit.)
Y continúa el historiador: "región
y regionalización como conceptos sólo
pueden ser definidos en realidades
concretas. Referidas siempre a historias
locales, historias provinciales, historias
nacionales". (Tovar, H. pg 18 - 19).
Y en éste aspecto, las publicaciones
históricas, antropológicas, etnológicas,
geográficas sobre la región orinoquense,
no han llegado a satisfacer la exigencia
científica de adelantar un trabajo
interdisciplinario que reflexione
- a partir de historias locales -
sobre la historia subregional - regional
- y de las relaciones de ésta "nueva
historia" con la historia nacional.
En éste esfuerzo deben confluir la
historia, geografía, ecología, antropología,
etnología, economía, linguística,
sociología y política, además de otras
ciencias. (Tovar, H. op. cit. Pg.
20). Sólo recientemente se ha iniciado
el estudio de la formación económica
del Llano colombiano.
Por otra parte, es bien acertado que
"No hay ninguna definición, ningún método
de reconocimiento que delimite o describa
la región. Precisamente, como el mundo
es único, como cada continente o país
es único, así cada región es única
y exige una aproximación única." (R.
Minshull, en H. Tovar, 1992 Pg. 17).
Uno
de los caminos puess, para las investigaciones
futuras es el de analizar y examinar
los espacios dentro de las regiones
del Llano, conocer acerca de sus economías
y sus gentes, lo que H. Tovar ha llamado
que
"Todos queremos contribuir a resolver
nuestra encrucijada, queremos hacer
inventarios de nuestros equipajes
históricos, todos queremos saber si
aferrándonos a historias locales,
al conocimiento de nuestros marcos
geográficos, antropológicos, arqueológicos
y etnológicos propios de nuestro ser,
podremos contribuir a salir del laberinto
de violencia que nos abate y tener
presencia en los escenarios mundiales."
(Tovar, H. op. cit. Pg. 15).
Haciendo pues ésta advertencia, y teniendo
en cuenta las limitaciones de éste
trabajo, pretendemos más bien contribuir a
plantear hipótesis y preguntas de
investigación que conduzcan a analizar
el proceso de la formación económica
del hato, a explicar su presencia
- tanto en el tiempo como en el espacio
-; a conocer las diversas tecnologías
que el hombre - indígena, mestizo-llanero
- ha elaborado en sus relaciones con
el medio; a estudiar las características
del conuco (indígena -llanero) así
como las regiones de frontera con
todas sus especificidades, para no
citar sino algunos ejemplos. Es claro que las formas productivas
del Llano colombiano y su historia
tienen un común denominador cual es
el hato tradicional llanero desarrollado
especialmente por los jesuítas en
el Siglo XVII; por ello es necesario
tener en cuenta que la historia de
lo que podríamos llamar las "subregiones"
del Llano tiene variaciones y especificidades
que desconocemos aún.
Existen distinciones dentro de las regiones
del Llano, en - por ejemplo, en la
idiosincrasia, en la autoconciencia
étnica - y se presentan variaciones
en las manifestaciones musicales (i.e.
en el "estilo " del baile del joropo
y del canto recio, en las formas y
ritmos del joropo) - para no citar
sino algunos ejemplos - en los territorios
de los actuales Departamentos de Casanare,
Arauca y Meta. En otras tradiciones
culturales e históricas obviamente
que sucede el mismo fenómenos que
debe ser registrado por los investigadores
sociales.
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